Volvemos a celebrar un 1º de mayo con pocos cambios en la situación de la clase trabajadora respecto a años anteriores. La crisis impuesta por el Capital, que está recayendo sobre las espaldas de las clases populares, nos trajo desempleo, precariedad laboral, pérdida de derechos y libertades, contratos basura que no permiten salir de la pobreza, explotación, incumplimiento generalizado de la legislación laboral y de convenios por parte de la patronal, bajada de salarios y de prestaciones sociales, pérdida de poder adquisitivo, desahucios, emigración… Avalados por la excusa de la crisis mientras las ganancias patronales y el número de nuevos ricos ha aumentado como nunca antes en la última década.
Mientras tanto, el gobierno del PP y sus voceros mediáticos nos quieren convencer de la “salida de la crisis” con datos macroeconómicos que en realidad vienen a confirmar el aumento de la desigualdad social y de los beneficios de la burguesía a costa de las reducciones salariales y pérdida de derechos de la clase trabajadora, de los minijobs y las formas de contratación “por formación” pretendiendo ocultar que lo que llaman crisis no es más que un traspaso de rentas de las clases populares a la burguesía.
Este 1º de mayo de nuevo el Régimen sacará a las calles a sus sindicatos subvencionados, a CCOO, UGT y otros que ya comen también del pesebre, con el objetivo de apropiarse de los símbolos de la clase trabajadora para encauzar sus reivindicaciones hacia posicionamientos que no pongan en peligro los privilegios de clase burgueses ni los intereses del capital. Al sistema le interesa la existencia del movimiento obrero, pero domesticado y plegado a sus intereses.
La desmovilización de la clase trabajadora este 1º de mayo, al igual que los anteriores, será otra de las características motivada por la desconfianza en los sindicatos del Régimen y por la desilusión con una clase política incapaz de defender los intereses de las trabajadoras, tras comprobar que los partidos del cambio han dilapidado el apoyo popular tras su llegada a las instituciones sin cambiar nada (tal y como ha ocurrido en otros estados como Grecia, Brasil…). Antes o después la clase trabajadora descubrirá que no son otra cosa que parte de un sistema que necesita de una apariencia democrática para crear la ilusión de la posibilidad de cambio a través de la participación en procesos electorales.
En Andalucía, la clase trabajadora está sufriendo doblemente las acometidas del capital, por su condición de clase oprimida y por su pertenencia a una nación colonizada y explotada. Las diferencias salariales y sociales con el resto del Estado, tasa de paro, pobreza, economía dependiente, medios de producción en manos de compañías foráneas, así como el recurso a la emigración como salida a la pobreza, muestran una situación colonial que sólo puede ser superada con soberanía. El camino hacia una República Andaluza de Trabajadoras debe ser el objetivo de la clase trabajadora andaluza para superar la actual situación a la que nos ha abocado las políticas centralistas y coloniales del Estado español. Recuperar la soberanía andaluza es una tarea histórica que en Andalucía sólo puede acometer la clase trabajadora y por ello es un requisito ineludible para la liberación del pueblo trabajador andaluz.
Nación Andaluza reivindica un sindicalismo de clase, antipatriarcal, revolucionario y asambleario que aporte la fuerza del oprimido a la lucha por la liberación nacional, social y de género de la clase trabajadora andaluza.
Por todos estos motivos, desde Nación Andaluza, pedimos a nuestra militancia, simpatizantes y a todas aquellas que sientan la necesidad de luchar contra la situación de injusticia que padecemos, participen en las convocatorias de actos realizados por organizaciones sindicales de clase, revolucionarias y anticapitalistas a lo largo y ancho de todo el país andaluz.
¡DESOBEDIENCIA, ANTICAPITALISMO, LUCHA DE CLASES, SOBERANÍA! ¡INDEPENDENCIA Y SOCIALISMO!
¡ANDALUZAS LEVANTAOS, PEDID TIERRA Y LIBERTAD!
Nación Andaluza – Comisión Permanente
Andalucía, 27 de abril de 2017
