Un año más, conmemoramos el 1 de mayo como día internacional de la clase trabajadora. Lo hacemos como reivindicación y recuerdo de los mártires de Chicago (EE.UU.). Más de cien años después, la clase trabajadora sigue luchando por abolir la explotación de una clase sobre otra, por construir una sociedad nueva donde las relaciones sociales y económicas no se sustenten en el robo, la usura y la miseria capitalista.
Nos encontramos en un contexto económico en el que a consecuencia de la crisis capitalista de 2008, los derechos laborales logrados han sido recortados una y otra vez con reformas laborales, cambios de convenio, etc. Cada vez trabajamos más y ganamos menos. Mientras las trabajadoras vemos cómo nuestra situación empeora y sufrimos paro, precariedad, emigración forzosa, sobreexplotación y desahucios, los grandes empresarios, la banca y la clase política corrupta aumenta sus salarios, obtienen mayores beneficios y blindan su futuro.
En Andalucía, según cifras oficiales, en el primer trimestre de 2018 se encontraban casi 1.000.000 de personas paradas. Un 24,7% de paro, frente al 16,7% estatal, datos que muestran una realidad colonial: en nuestro país los números de paro, precariedad y pobreza siempre son más altos. De todas las trabajadoras paradas, más de 510.000 son mujeres. La feminización de la pobreza es un problema estructural cuyas raíces están en el sistema patriarcal y capitalista que sufrimos, pero en la situación actual, las condiciones de vida de las mujeres trabajadoras han empeorado. A salarios menores por igual trabajo, hay que sumar el acoso sexual, los despidos por embarazo o la falta de contratos laborales en los cuidados. También hay que denunciar la violencia institucional que sufren las trabajadoras sexuales. Tanto ellas como las trabajadoras racializadas de otros sectores como el mantero, latero, etc., sufren una mayor indefensión ante las brutales desigualdades del racismo que caracteriza al Capitalismo. Unas por ser mujeres, otras por ser además racializadas e inferiorizadas.
No podemos ignorar la reciente reforma de las pensiones, que como las anteriores de PP y PSOE, afectarán a las pensionistas andaluzas de una manera específica en su ya de por sí precaria y empobrecida situación de clase obrera colonizada. El Estado aumenta con un 0,25% las pensiones, y por otro lado, aumenta los salarios de las Fuerzas de Seguridad del Estado un 25%, lo que supondrá una inversión de más de 1.500 millones de euros en tres años. Sólo la movilización y la autoorganización popular podrán parar esta y futuras reformas antiobreras.
La situación que atraviesa el Pueblo Trabajador Andaluz no es casual sino causal. Sufrimos las mayores tasas de desempleo, de precariedad laboral, paro juvenil o las rentas per cápita más bajas, consecuencia del carácter dependiente y subordinado de Andalucía. El Estado nos obliga a ser su colonia interior. En Andalucía el subdesarrollo es inducido. Por lo tanto la lucha por la soberanía nacional y popular andaluza es la única alternativa objetiva a la hora de pretender una transformación definitiva y radical de la realidad andaluza. La lucha de liberación nacional ha de ser, ante todo, una batalla por la erradicación del neocolonialismo en el que se originan las problemáticas de nuestro país y que repercuten sustancialmente en las condiciones de vida de la clase trabajadora andaluza. Para la militancia de Nación Andaluza las reivindicaciones nacionales y sociales; la luchas independentista, de clase y feminista son facetas de una única y misma meta finalista libertadora para la clase obrera andaluza. En Andalucía, toda lucha social que no engarce con la nacional es mero reformismo.
Nación Andaluza reivindica un sindicalismo de clase, antipatriarcal, antirracista, revolucionario y asambleario que aporte la fuerza del oprimido a la lucha por la liberación nacional, social y feminista de la clase trabajadora andaluza. Por todos estos motivos, desde Nación Andaluza, pedimos a nuestra militancia, adheridas, simpatizantes y a todas aquellas que sientan la necesidad de luchar contra la situación de dependencia que padecemos, participen en las convocatorias de las organizaciones sindicales de clase, revolucionarias y anticapitalistas de todo el país andaluz enarbolando la arbonaida como símbolo de lucha de afirmación nacional y popular andaluza.
¡Por un 1º de mayo andaluz, de clase y feminista!
¡Si nadie trabaja por ti, que nadie decida por ti!
Permanente de la Comisión Nacional
En Andalucía, a 28 de abril de 2018
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